La idea está cerca. Verano, calor, noches largas y templadas. En este caso una minipiscina es una cosa maravillosa.
El propietario de una minipiscina sabe además que este oasis de relajación en las estaciones frías del año eleva el descanso del cuerpo y el alma.
La primavera y el otoño, y sobre todo el invierno, tienen días fríos, nubosos y con poca luz. Cuanto nos alegramos cuando en las frías estaciones aparece el sol y el cielo azul hace que nos regocijemos. Algo comparable son los tranquilos momentos en su propia minipiscina en los días nublados y fríos. En cuanto a la terapia de luz y de colores, la agradable iluminación protege nuestro bienestar mental y el tranquilo masaje con agua caliente le sienta bien a nuestro cuerpo.
La minipiscina es el lugar ideal para burlar al gris monótono y el frío húmedo del otoño y del invierno, y para regalarse nueva fuerza con luz, color, calor y un masaje tibio.
Estar recostado en una minipiscina caliente en las noches frías, ver las estrellas brillar y respirar un aire fresco e invernal, tiene algo especial. Deléitese con estos momentos.
Advertencia:
Preste atención a que el spa posee un buen aislamiento para el invierno.
Sino el hidromasaje en invierno resultará caro.
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